El
40% de mujeres en países en vías de desarrollo tiene un parto antes de cumplir
20 años. Muy pocos de estos embarazos son planeados o deseados por las
adolescentes. Muchas de ellas son forzadas por las presiones sociales a tener
matrimonios tempranos y embarazos tempranos, o son resultado de adolescentes a
las que se les negó libre acceso a anticonceptivos. El embarazo en adolescentes
puede tener consecuencias adversas para la salud tanto de corto plazo como de
largo plazo. En el corto plazo el resultado del embarazo será muy probablemente
desfavorable. Una razón es biomédica. La niña adolescente embarazada es más
propensa a sufrir toxemia de embarazo y desproporción cefalo-pélvica cuando los
huesos de la pelvis no se han desarrollado completamente. y tiene más
probabilidades de tener un bebé con bajo peso de nacimiento. Otro tipo de
consecuencias a largo plazo son las fístulas obstétricas, que a consecuencia
del trabajo de parto prolongado u obstruido, es un orificio entre la vagina y
la vejiga o el recto, lo cual causa que la mujer padezca de incontinencia
crónica. Este padecimiento afecta a más de dos millones de niñas y mujeres en
todo el mundo y se estima que cada año se agregan entre 50.000 y 100.000 nuevos
casos.
Las
embarazadas adolescentes tienen mayor posibilidad de tener desnutrición y de
dar a luz a hijos con bajo peso. Por motivos físicos y sociales:
sus
cuerpos aún no están del todo desarrollados, por esto sus necesidades de
nutrientes son muy altas durante el embrazo. Además tiene mayores posibilidades
de morir durante el embarazo o lactancia que las mujeres mayores. Esto debido
principalmente al nivel de pobreza en que viven, que no solo expone a la madre
si no también a los hijos. Se observa que la situación de las embarazadas se
presentó como compleja y difícil antes, durante y después del nacimiento, esto
debido a las carencias económicas. El factor pobreza origina menores
oportunidades de educación, educación que disminuiria los embarazos a temprana
edad y en consecuencia la pobreza. Esto debido a que si el embarazo se presenta
en condiciones de pobreza tendrá seguramente condiciones económicas y
sociales., la repetición intergeneracional del embarazo adolescente puede ser
un mecanismo intermediario en la reproducción intergeneracional de la pobreza.
algunas
niñas temen decir que están embarazadas, y por este motivo retrasan los cuidado
prenatales. Algunas niñas son obligadas a dejar la escuela y en algunos casos
sus casa, por lo que deben buscar sustento para ellas mismas, y en algunos casos
recurren a la prostitución para conseguirlo.
Estos
peligros se pueden procurar advirtiendo a niñas y adolescentes de los riesgos
del embarazo y explicando los distintos métodos anticonceptivos. Además se las
debe observar y aconsejar si están embarazadas.
Anemia:
El
estado de anemia ya existente no es obstáculo para el embarazo: un 20% de las
mujeres pueden estar algo anémicas antes de concebir. La forma más común de
anemia se debe a la pérdida de sangre durante la menstruación, y es una anemia
por deficiencia de hierro (cuando el nivel de hemoglobina es inferior a 12,8
g/100 ml de sangre). Antes de concebir sería conveniente consultar al médico,
quien podrá corregir fácilmente la anemia por deficiencia de hierro con un
tratamiento específico. También podrá aumentar la ingestión de alimentos ricos
en hierro.
Hemorragia
preparto:
Antes
de las 24 semanas, una hemorragia vaginal puede desembocar en aborto. Después,
el feto se considera viable, es decir que podría sobrevivir fuera del útero
materno. La hemorragia tras las 24 semanas se conoce como hemorragia preparto,
y las dos causas principales proceden de la placenta.
Desprendimiento
de placenta:
Si
la placenta se desprende del útero, se producirá hemorragia. La sangre se
acumula hasta derramarse por el cuello del útero, y va acompañado de dolor
intenso y contracciones uterinas. Se considera una urgencia obstétrica, ya que
pone en peligro la vida tanto de la madre como la del feto y solo en casos muy
especiales no termina en cesárea de urgencia.
Placenta
previa:
Cuando
la placenta está adherida a la parte inferior de la pared del útero, se
denomina placenta previa. Si se encuentra total o parcialmente sobre el cuello
uterino, puede resultar peligrosa durante el parto, al provocar hemorragia e
interrumpir la circulación sanguínea del feto. El problema se detecta con
ultrasonido. Si se produce hemorragia, la ingresarán en el hospital y el niño
nacerá mediante cesárea.
Diabetes:
Si
la embarazada tiene diabetes mellitus debe asegurarse de tener bajo control su
situación antes de quedarse embarazada, para que las posibilidades de tener un
hijo sano y un parto normal sean lo más altas posibles. Es probable que
necesite una mayor cantidad de insulina durante el embarazo por lo cual debe
realizarse un seguimiento médico estricto, para el seguimiento del bienestar
fetal, monitoreo de los niveles de glicemia y manejo dietético.
Hay
mujeres a quienes se les diagnostica diabetes mellitus gestacional, un tipo de
diabetes que se desarrolla sólo durante el embarazo y que suele desaparecer
poco después del parto. Los riesgos de este tipo de diabetes son menores y
raramente se precisa insulina; con reducir la ingesta de azúcar suele ser
suficiente.
La
complicación principal en los hijos de madres con diabetes gestacional es la
macrosomía fetal (niños con peso mayor de 4 kilos)
Embarazo
ectópico:
El
embarazo ectópico se desarrolla fuera del útero, por lo general en una de las
trompas de Falopio, pero puede ser también en los ovarios, en el cuello
uterino, o en órganos intraabdominales. Puede provocar dolor abdominal por el
crecimiento del embrión en la trompa o por una hemorragia abdominal interna.
Desgraciadamente, es difícil diagnosticar un embarazo ectópico y todavía hay
mujeres que mueren como consecuencia de ello. Hay una serie de condicionantes
que favorecen el aumento de riesgo de padecer embarazos ectópicos. Entre ellos,
una historia anterior de infección pélvica, el uso de un dispositivo
intrauterino contraceptivo (aunque no la espiral de Mirena) y un embarazo
ectópico previo. Las mujeres que reúnan alguno de los condicionantes referidos
son controladas de inmediato en un centro maternal para asegurarse de que el desarrollo
del embarazo es normal. El embarazo ectópico debe ser tratado mediante cirugía
o con un fármaco. Las operaciones consisten en cirugía laparoscópica o abierta,
dependiendo de las circunstancias y de las condiciones de la madre, y suelen
conllevar la extirpación de la trompa afectada. Suelen causar una reducción de
la fertilidad.
Cardiopatía[editar
· editar fuente]
La
mayoría de las mujeres con problemas cardiológicos llevan un embarazo perfecto,
aunque a veces deban recurrir a los antibióticos para proteger sus arterias en
el momento de dar a luz. Si padece alguna cardiopatía importante, el cardiólogo
se encargará de comunicárselo. Las mujeres con marcapasos, un trasplante de
corazón y otra operación coronaria pueden llevar un embarazo seguro y normal.
Las que presenten anormalidades musculares deben consultarlo antes de quedarse
embarazadas.
Hipertensión:
Hipertensión
gestacional, es la aparición de hipertensión por encima de 140/90 mmHg, en una
gestante sin diagnóstico previo, después de las 20 semanas de embarazo.16 Si
existe hipertensión previa al embarazo, requiere chequeo médico y tratamiento
antes de la gestación. Posiblemente requiera cambio de fármacos y un
seguimiento de la función renal. Con el seguimiento adecuado es factible tener
un embarazo y parto normales. Si durante el embarazo desarrolla hipertensión
gestacional, puede requerir tratamiento ambulatorio u hospitalario, dependiendo
de la severidad. En ocasiones se requiere adelantar el parto, mediante
inducción o cesárea, para prevenir complicaciones para la madre y el feto. Un
aumento de la presión arterial a partir de la semana 20 del embarazo puede ser
síntoma de preeclampsia, una afección que potencialmente amenaza la vida de la
gestante y el recién nacido.
Datos
importantes:
Entre
las semanas 18 y 20 se comienza la percepción de los movimientos fetales.
En
la semana 38 de embarazo el médico podrá realizar un diagnóstico de estrechez
pélvica.
En
la semana 20 el corazón fetal tendrá un ritmo cardíaco de entre 110-160 ppm el
cuál se percibirá a través de estetoscopio.
Cambios
fisiológicos durante el embarazo:
La
mujer embarazada se encuentra en un estado hipervolémico crónico. El volumen de
agua corporal total se incrementa debido al aumento de la retención de sal y
agua por los riñones. Esta mayor cantidad de agua ocasiona dilución de la
sangre, lo que explicaría la anemia fisiológica propia del embarazo que
persiste durante todo el embarazo.
El
aumento del volumen sanguíneo causa un aumento en el gasto cardiaco, el volumen
urinario y el peso materno. La acción de la ciertas prostaglandinas causa broncodilatación
y aumento en la frecuencia respiratoria. A nivel renal se ve una leve
disminución en la depuración de creatinina, y otros metabolitos.
El
peso de la madre durante el embarazo aumenta a expensas del peso del feto, el
peso del líquido amniótico, placenta y membranas ovulares, el incremento del
tamaño del útero, la retención de líquidos maternos y el inevitable depósito de
grasa en tejidos maternos. El metabolismo de la madre también incrementa
durante el embarazo.
La
frecuencia cardíaca incrementa hasta un promedio de 90 latidos por minuto. La
tensión arterial se mantiene constante o a menudo levemente disminuida. La
resistencia venosa aumenta, en especial por debajo de la cintura gestante. El
corazón tiende a aumentar de tamaño, condición llamada hipertrofia ventricular
especialmente izquierda y desaparece a las pocas semanas después del
alumbramiento. La presencia circulante de prostaglandinas causa vasodilatación
en oposición a los vasoconstrictores fisiológicos angiotensina y noradrenalina,
en especial porque la angiotensina II aumenta para mantener la presión arterial
normal. La hipertensión y la aparición de edema son por lo general signos de
alarma en el embarazo.
La
tasa o índice de filtrado glomerular y la perfusión del riñón aumentan a expensas
del aumento del gasto cardíaco y la vasodilatación renal. Ello causa un leve
aumento de los valores de creatinina en sangre por disminución del aclaramiento
de creatinina e igualmente de nitrógeno ureico. La disminución de la presión
parcial de dióxido de carbono en la sangre materna causa un aumento en la
excreción renal de bicarbonato.
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